1.
Interoperabilidad y expansión de aplicaciones
A medida que las empresas avanzan hacia la adopción de una estrategia de gestión de acceso, necesitan que el sistema se integre con diversos activos, incluidas aplicaciones heredadas, SaaS, PaaS y herramientas de terceros. Estos sistemas o servicios pueden plantear desafíos de gestión, esencialmente problemas de compatibilidad, por lo que los equipos de seguridad deben asegurarse de que los sistemas de gestión de acceso cumplan con sus requisitos antes de su implementación.
2.
Cambio de población de usuarios
En cualquier empresa, el número de recursos y usuarios fluctúa periódicamente. Cuando un empleado se une o se marcha, sus derechos de acceso deben revocarse de inmediato para mitigar los riesgos de seguridad. Además, cuando los usuarios cambian de rol, sus permisos deben ajustarse de acuerdo con sus nuevas responsabilidades laborales.
3.
Seguridad de datos y detección de amenazas
La seguridad de los datos es vital para la gestión de acceso, ya sea que los datos se almacenen localmente o en la nube. Los administradores deben elegir estrategias efectivas para protegerse contra ataques maliciosos, incluido un fuerte control de acceso, criptografía, minimización de datos, ofuscación de datos y monitoreo.
Si bien el control de acceso y el cifrado son prácticas estándar, la minimización y la ofuscación de datos son esenciales para reducir el riesgo y garantizar el cumplimiento de normativas como el RGPD.